Si usted necesita sanidad, por favor considere lo siguiente.
Si pasas suficiente tiempo escuchando y meditando en la Palabra de Dios, ésta te sanará.
Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. (Proverbios 4:20-22)
La naturaleza de la Palabra de Dios es vida y salud. Todo lo que se necesita es un corazón receptivo y hambriento.
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63)
Ni siquiera tienen por qué ser palabras de curación. Puedes escuchar los Evangelios, los Salmos, las Epístolas u otras secciones de las Escrituras, y las palabras liberarán vida y salud en ti.
Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina. (Salmo 107:20)
Recientemente escuchamos el testimonio de alguien que tenía las escrituras sonando en su habitación toda la noche mientras dormía. Al cabo de dos o tres noches, se curó. Valdría la pena apagar la televisión y otras distracciones para escuchar la Palabra de Dios. También sería bueno escuchar las enseñanzas de sanación.
Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y prosperará en aquello para que la envié. (Isaías 55:11)
Dale a la Palabra la oportunidad de prosperar en ti. No dejes que los afanes de este mundo ahoguen la Palabra. Si le dedicas suficiente tiempo y atención a escuchar la Palabra de Dios, ella te sanará.
… y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. (Lucas 5:15)
Texto original escrito en inglés, por Barry Bennett y publicado en su página de Facebook. Traducción: Aisha